El hueso etmoides es un singular hueso poroso que constituye la zona media del viscerocranio y forma la región mediofacial del cráneo. Contribuye al moldeado de la órbita, la cavidad nasal, el tabique nasal y el suelo de la fosa craneal anterior.
Desarrollado por el proceso de osificación endocondral, el hueso etmoides es una pieza importante de su cráneo, especialmente debido a la placa cribiforme, que permite el paso de las fibras olfativas (primer nervio craneal) para que pueda oler las cosas.
Datos claves del hueso etmoides | |
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Laberintos etmoidales | Contienen células etmoidales (pequeñas cavidades) que forman el seno etmoidal. Los laberintos forman las conchas nasales superior y media. La bula etmoidal está conectada al seno maxilar a través del hiato semilunar. |
Placa perpendicular | Forma parte del tabique nasal. |
Placa cribiforme | Forma el techo de la cavidad nasal y tiene aberturas para el paso de las fibras olfativas. |
Bordes | Anteriormente: hueso frontal Posteriormente: hueso esfenoides Inferiormente: vómer y concha nasal inferior |
Desarrollo óseo | Osificación endocondral |
Este artículo examinará los aspectos y características importantes del hueso etmoides, junto con sus bordes.
Anatomía del hueso etmoides
El hueso etmoides es uno de los 8 huesos del cráneo. Está situado en el techo de la cavidad nasal y entre las dos cavidades orbitales.
Contribuye a la pared medial de la órbita y forma parte de la fosa craneal anterior, donde separa la cavidad nasal (inferior) de la cavidad craneal (superior). También forma una porción significativa del tabique nasal y la pared nasal lateral.
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El nervio olfatorio (NC I) tiene una estrecha relación anatómica con el hueso etmoidal. Sus numerosas fibras nerviosas pasan a través de la lámina cribosa del hueso etmoides para inervar la cavidad nasal con el sentido del olfato. El hueso etmoidal se compone de tres partes: la lámina cribosa, la lámina perpendicular y el laberinto etmoidal.
La lámina cribosa forma el techo de la cavidad nasal. Está perforado por numerosas fibras nerviosas olfativas, lo que le da una estructura similar a un tamiz. La crista galli, que proporciona un punto de unión para la hoz del cerebro (lámina de duramadre que separa los dos hemisferios cerebrales), sobresale superiormente de la lámina cribosa.
Otra proyección de hueso desciende de la placa cribosa: la placa perpendicular. Forma los dos tercios superiores del tabique nasal.
Por último, el hueso etmoidal contiene dos laberintos etmoidales. Estas son masas grandes ubicadas a cada lado de la placa perpendicular, que contienen las celdillas aéreas etmoidales (senos paranasales). Dos hojas de hueso forman cada laberinto:
Placa orbital: la lámina lateral del hueso, que también forma la pared medial de la órbita
Lámina medial: forma la pared lateral superior de la cavidad nasal, desde la cual los cornetes superiores y medios se extienden dentro de la cavidad nasal.
Placa perpendicular
La placa perpendicular es una fina lámina que se extiende verticalmente desde la placa cribiforme. Inferiormente se adhiere al cartílago septal de la nariz y forma parte del tabique nasal.
Bordes
Debido a su ubicación central dentro del cráneo, el hueso etmoides entra en contacto con otros 15 huesos del cráneo. Las fronteras más importantes son:
- Anterior con el hueso frontal
- Posterior con el hueso esfenoides
- Inferior con el vómer y la concha nasal inferior
Articulaciones del hueso etmoides
El hueso etmoidal se articula con otros 13:
Pareja: huesos nasales, maxilares, huesos lagrimales, huesos palatinos, cornetes inferior.
Sin emparejar: huesos frontales, vómer y esfenoides.
Desarrollo óseo
El hueso etmoides se osifica completamente por la osificación endocondral. En los recién nacidos los laberintos son relativamente pequeños y tanto la placa perpendicular como la cribiforme están formadas principalmente por cartílago.
Este último comienza a osificarse a la edad de un año y se fusiona con los laberintos a la edad de dos años para formar un solo hueso etmoides.
Relevancia clínica
Fractura etmoidal
El hueso etmoidal puede fracturarse en casos de traumatismo facial, generalmente golpeando el tablero en una colisión o una caída desde la altura. Algunos signos y síntomas de fractura están relacionados con la anatomía del hueso etmoides:
- Fractura de la placa cribiforme: las ramas del bulbo olfatorio pueden cortarse. Esto puede causar anosmia (pérdida del sentido del olfato).
- Fractura del laberinto: puede permitir la comunicación entre la cavidad nasal y la órbita. Entonces es posible que el aire entre en la órbita y cause enfisema orbital.
Rinorrea traumática de líquido cefalorraquídeo
Una fractura de la placa cribiforme puede permitir la comunicación entre la cavidad nasal y el sistema nervioso central. En consecuencia, el líquido cefalorraquídeo (LCR) puede ingresar a la cavidad nasal y drenar desde la nariz. Esto se manifiesta clínicamente como una descarga acuosa clara desde un lado de la nariz, y se conoce como rinorrea del LCR.
Las fugas normalmente se detienen espontáneamente y se pueden tratar de manera conservadora, sin embargo, a veces se requiere cirugía. La rinorrea espontánea del LCR también puede ocurrir debido a defectos congénitos o adquiridos en el hueso etmoides.