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Nervio olfatorio

I nervio craneal

nervio olfatorio

El nervio olfatorio (olfativo), es el primer y más corto nervio craneal (I par craneal). Es el nervio que transmite información sensorial especial, que nos permite tener un sentido del olfato. Es uno de los dos nervios que no se unen con el tronco encefálico, siendo el otro el nervio óptico. Es similar al nervio óptico también en su estructura, ya que tiene una cobertura meníngea a diferencia del nervio craneal III a XII.

Origen realSu origen real son las células de la mucosa olfativa.
Origen aparenteCara inferior del bulbo olfatorio, ubicado sobre la lamina cribosa del etmoides, a cada lado de la apófisis crista galli.

Embriológicamente el nervio olfatorio se deriva del placoda olfatoria (un engrosamiento de la capa de ectodermo), que también da lugar a las células gliales que sostienen el nervio.

El nervio olfatorio también es capaz de regenerarse. Los nervios olfatorios no son mielinizados y están cubiertos por células de Schwann.

El nervio consiste en dos procesos:

  • Procesos olfativos periféricos (receptores) en la mucosa olfativa.
  • Procesos centrales que devuelven la información al cerebro.
Datos claves sobre el nervio olfatorio
FunciónSentido del olfato especial
Células olfativasCélulas receptoras olfativas (perciben el olor y contienen los cilios), células de apoyo, células basales (madre) (reemplazan las células receptoras olfativas viejas y dañadas).
Nervio olfatorioEl primer par craneal (I) se forma a partir de una colección de axones de células receptoras olfativas, que pasan a través de la placa cribiforme y al techo de la cavidad nasal.
Bulbo olfatorioEs la estación de retransmisión de la vía olfativa y contiene glomérulos olfativos.
El tracto olfativoEstá compuesto por los axones de las neuronas de relevo mitral.
Estrías olfativasSon las divisiones medial y lateral del tracto olfativo.
Corteza olfatoriaCorteza piriforme, amígdala, corteza entorrinal
Destino de salidaCorteza orbitofrontal
Índice de contenido

Curso anatómico del nervio olfatorio

Una vez que el axón penetra a través de la membrana basal, se une a otros procesos no mielinizados para formar la fila olfativa (haces de axones olfativos). Luego ingresan a la cavidad craneal a través de la placa cribosa del hueso etmoidal, el techo de la cavidad nasal.

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Bulbo olfativo

Una vez en la cavidad craneal, las fibras entran en el bulbo olfativo, que se encuentra en el surco olfatorio, dentro de la fosa craneal anterior.

El bulbo olfatorio es una estructura ovoide que contiene neuronas especializadas, llamadas células mitrales. Las fibras nerviosas olfativas hacen sinapsis con las células mitrales, formando colecciones conocidas como glomérulos sinápticos. Desde los glomérulos, los nervios de segundo orden pasan luego hacia el tracto olfatorio.

Tracto olfatorio

El tracto olfatorio corre inferiormente al lóbulo frontal. A medida que la zona alcanza la sustancia perforada anterior, se divide en estría medial y lateral:

  • La estría lateral envía los axones al área olfativa de la corteza cerebral (también conocida como la corteza olfativa primaria).
  • La estría medial lleva los axones a través del plano medial de la comisura anterior donde satisfacen el bulbo olfativo del lado opuesto.

La corteza olfativa primaria envía fibras nerviosas a muchas otras áreas del cerebro, en particular la corteza de la zona, la amígdala, el tubérculo olfativo y la corteza olfatoria secundaria. Estas áreas están involucradas en la memoria y apreciación de sensaciones olfativas.

Función sensorial

Nervio olfatorio

Mucosa olfatoria

En el nervio olfatorio la mucosa olfatoria es una estructura muy importante ya que no sólo detecta el olfato, sino también los aspectos más avanzados del gusto. Se encuentra en el techo de la cavidad nasal y se compone de epitelio cilíndrico pseudoestratificado que contiene un número de células.

  • Células basales: forman las nuevas células madre de las que pueden desarrollarse las nuevas células olfativas.
  • Células sustentaculares: células altas para soporte estructural. Estos son análogos a las células gliales ubicadas en el SNC.
  • Células receptoras olfativas: neuronas bipolares que tienen dos procesos, un proceso dendrítico y un proceso central. El proceso dendrítico se proyecta hacia la superficie del epitelio, donde proyectan una serie de cilios cortos, los pelos olfativos, hacia la membrana mucosa. Estos cilios reaccionan a los olores en el aire y estimulan las células olfativas. El proceso central (también conocido como el axón) se proyecta en la dirección opuesta a través de la membrana basal.

Además del epitelio, hay glándulas de Bowman presentes en la mucosa, que secretan moco.

Lesión del nervio olfatorio

Anosmia

Anosmia se define como la ausencia del sentido del olfato. Puede ser temporal, permanente, progresivo o congénito.

  • La anosmia temporal puede ser causada por infección o por trastornos locales de la nariz.
  • La anosmia permanente puede ser causada por lesión en la cabeza, o tumores que ocurren en la ranura olfativa (p.ej. meningioma).
  • La anosmia también puede ocurrir como resultado de afecciones neurodegenerativas, como el Parkinson o la enfermedad de Alzheimer. En estas condiciones, el anosmia es progresivo y precede síntomas del motor pero no es notado a menudo por el paciente.
  • Anosmia es también una característica de un número de condiciones genéticas tales como síndrome de kallmann (falta de comenzar o de terminar la pubertad) y discinesia ciliar primaria (defecto en cilios que lo hace ser inmóvil)

Prueba del nervio olfatorio

Para verificar si hay daño del nervio olfatorio pregúntele al paciente si ha notado algún cambio en su sabor o sentido del olfato. El examen del nervio olfatorio implica probar cada fosa nasal a su vez, pidiéndole al paciente que identifique un cierto olor (es decir, menta, café).

Referencias
1. Neuroanatomía funcional, texto y atlas, 2ª edición, McGraw-Hill (2005), p. 139-143.
2. R. L. Doty, S. M. Bromley: Libro de texto de neurología clínica, 3ª edición, Elsevier (2007), pág. 99-112.
3. A. Haehner, T. Hummel, H. Reichmann: Un enfoque clínico hacia la pérdida del olfato en la enfermedad de Parkinson, Journal of Parkinson’s Disease (2014), 4 (2), p. 189-195.
4. Moore: Anatomía orientada clínicamente, séptima edición, Lippincott Williams & Wilkins (2014), p. 1054-1058.
5. E. Mtui, G. Gruener, P. Dockery: Fitzgerald Clínica neuroanatomía y Neurociencia, 7ª edición, Elsevier, p. 323-325.

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